lunes, 29 de octubre de 2007

MÁRTIRES


MÁRTIRES

El domingo 26 498 Mártires compatriotas, en una solemne ceremonia presidida por su Santidad el Papa, serán beatificados. Esto que para los católicos españoles sólo puede ser un timbre de Gloria, aquellos mártires morían dando gracias a Cristo Rey, ha sido criticado por la clase periodística democrática, singularmente por el diario ultraliberal de obediencia socialdemócrata y masónica “El País”. Periódico que se ha lanzado a una cruel campaña de desprestigio y linchamiento de los propios Mártires y la Iglesia en general.

La edición del lunes 22 de octubre no podía ser más beligerante con la catolicidad de nuestro pueblo que fue masacrado por las hordas republicanas, socialistas, comunistas y anarquistas. Pero no vamos a hablar del pasado ya que lo que pretende ese vehículo de desinformación y desmesura sectaria es acabar hoy en día con cualquier resto de influencia social que pueda tener la Iglesia en España. El anticlericalismo tan presente hoy en nuestra patria, promocionado desde el mismo gobierno de la nación por un resentido y radical Zapatero tiene claro que su fin es delimitar la presencia del catolicismo al ámbito privado del llamado ciudadano. Esto que es así con el catolicismo paradójicamente es puesto en cuarentena con otras creencias, foráneas, como es el Islam

Así “El País” no ha tenido empacho en llamar fanáticos, mezquinos y poco versados en el Evangelio a los pastores de una Iglesia que sólo ahora parece ocupar el espacio de denuncia contra unos valores que le son antagónicos. La Iglesia desde los tiempos del cardenal Tarancón abandonó en muchos temas, algunos los más importantes, su obligación de señalar con el dedo lo que era un cúmulo de inmundicias, podredumbre, y corrupción. La descristianización de España ha sido imparable; la legislación ha sido inverosímilmente lesciva contra toda sana moral; el estado ha ocupado parcelas de poder y decisión que sólo a las familias o la sociedad civil debieron corresponder.

Ese periódico versado en el arte de calentarse a la sombra del poder, y que como buen demócrata piensa que el Estado es superior a la Religión achaca a la jerarquía eclesiástica lo que debiera ser su norma y norte, hacerse desde la atalaya de la autoridad moral un camino a favor de la militancia política. Pero nosotros no decimos esto entendiendo esa militancia como algo partidista, antes al contrario repudiamos ese contexto, nosotros lo que demandamos es a unos pastores que sin miedo lideren una rebelión cívica contra un sistema perverso que se mantiene gracias a la pasividad e indiferencia de unos católicos españoles idiotizados y enajenados hasta limites sonrojantes

La sangre de esos Mártires tiene que servir para recordarnos que se puede estar enfrente de la iniquidad pase lo que pase, que se puede morir perdonando a los verdugos, pero nunca a costa de olvidar lo que se es. “ El País” furibundamente reclama que se limiten los espacios sociales de la Iglesia, hoy en España el católico es perseguido, molestado, zaherido y vilipendiado sin que pase nada. Mientras formaciones que apoyan parlamentariamente al gobierno hacen campaña para que se retiren los crucifijos de escuelas, hospitales y centros de trabajo; y al mismo tiempo piden que en determinadas ciudades, donde tampoco ondea la enseña nacional, se alcen en el mástil, en pro de la pluralidad, la bandera feminista y la del movimiento homosexual; ¡Habrá más concordia! No hay que extrañarse, en nuestra patria los poderes públicos de derechas y de izquierdas subvencionan muestras denominadas artísticas en los que se hace mofa de Nuestro Señor Jesucristo, o de los Santos, o de Santa maría Siempre Virgen, es la libertad de expresión que el periodicucho de la familia Polanco niega a una institución bimilenaria en España, que estuvo en la piel de toro antes de la promulgación de su Constitución y que estará, aunque les pese, cuando el conjunto de artículos sea sólo papel mojado.

domingo, 28 de octubre de 2007

La dinastia Legitima estuvo en Roma








[FARO] Casa Real realmente presente en beatificaciones

Roma, 28 octubre 2007, domingo de Cristo Rey. 498 mártires españoles, víctimas de la persecución religiosa desatada por la II República y el Frente Popular, han sido beatificados en una ceremonia oficiada en la plaza de San Pedro por el Cardenal José Saraiva Martins, prefecto de la Congregación para las Causas de los Santos. El Romano Pontífice presidió la ceremonia desde el palacio apostólico.

En primera fila, tras los obispos españoles, se encontraba S.A.R. Don Sixto Enrique de Borbón, Abanderado de la Tradición, representante de la Dinastía legítima española. En su séquito figuraban miembros de su Secretaría Política y de su delegación en la península italiana. Es de destacar que los representantes del Gobierno de hecho de España, estaban situados en la misma fila, pero a su extremo. No había representación del Jefe de Estado de hecho, Juan Carlos, o de su familia. La verdadera Familia Real española sí ha estado presente, pues, en la beatificación de nuestros compatriotas mártires.

Don Sixto Enrique de Borbón fue saludado por el Cardenal Darío Castrillón Hoyos, así como por varios de los obispos presentes, miembros de la Orden de Malta, etc.

En la plaza de San Pedro tremolaban por todas partes banderas con la cruz de San Andrés, y se veían muchas boinas rojas. El Carlismo, la Comunión Tradicionalista, se ha hecho notar en esta ceremonia, como ya están recogiendo multitud de medios italianos, españoles y del resto del mundo.

Con posterioridad Don Sixto Enrique de Borbón se reunió en un almuerzo con Monseñor Ignacio Barreiro, responsable de la oficina romana de Vida Humana Internacional; el capellán castrense don Eduardo Montes; el príncipe Guglielmo Giovanelli-Marconi; Maurizio Di Giovine, delegado de la Comunión Tradicionalista en la península italiana; el profesor Miguel Ayuso; Nicolás Martín Bayliss y Margarita Suárez de Lezo, en representación de las Juventudes Tradicionalistas; la profesora Dianella Gambini, de la Universidad de Perusa, acompañada de otros jóvenes carlistas italianos.

Una buena jornada, pues, para la Iglesia, para España y para la Comunión Tradicionalista, con el Duque de Aranjuez a su frente.